La República Popular de China es una nación milenaria, con historia buena y mala, como todo pueblo ancestral han visto nacer imperios enteros, pero también han visto sucumbir naciones completas.
Hoy la República Popular de China celebra el centenario del Partido Comunista Chino, un honor a quienes han hecho posible el crecimiento económico tan abrumador del gigante asiático. Esto evidentemente tendrá consecuencias, de quienes están perdiendo el estatus de super-potencia, Washington desde hace años es consciente de esto y por supuesto hará algo.
Estados Unidos han declarado como amenaza para su «seguridad» , (entiéndase posición) tanto a Rusia como a China, para nadie es un secreto que el Pentágono en sus ruedas de prensa expresan abiertamente que sus competidores son Rusia y China… No lo esconden!
Declararon a Venezuela como amenaza inusual y extraordinaria, declararon a Rusia como enemigo militar y declararon a China como su «mayor reto», entonces, estas declaraciones se deben a algo, no las hacen al Azar, explícitamente dejan muy claro a cuáles países intentarán destrozar y con ello salvar su «estatus»
Con la crisis de Coronavirus, Trump fortaleció su cruzada económica contra China, en reiteradas ocasiones lo mencionó sin titubeos, Biden por su lado continúa esta política (sólo que a su manera), Washington nunca dejará que sus adversarios sigan creciendo tranquilos y sin preocupación, a toda costa el Pentágono moverá sus influencias para evitarlo.
Hablar del Coronavirus es delicado, nadie en su sano juicio (a no ser que sea un bobo) se atrevería a acusar o si quiera insinuar de donde proviene un virus que existe desde hace décadas. Ningún científico serio afirmaría algo rotundo y grave como eso.
Pero lo anterior no impide que sea usado como arma política, en un mundo bombardeado por medios de comunicación corporativos, es fácil usar algún tema como arma política, en el caso de China es fácil inducir el tema de la región Autónoma de Xinjiang con supuestas violaciones de DDHH, el financiamiento de opositores en Hong Kong para fines desestabilizadores o el simple hecho de imponer sanciones.
Lo anterior no necesita tener bases o incluso algún sentido, pues el fin no es demostrar algo, sino crear la sensación de que China es un enemigo, algo que pudiera ser ilógico, pero es fácil de permear en las sociedades de Estados Unidos y Europa con ignorancia política, comidas con colesterol y personas que todavía piensan que «Rusia es Comunista» (por citar ejemplos rápidos)
Tanto es así que los mismo «medios» de comunicación corporativos que hoy critican a China por las falencias que puedan tener, son los mismos que se sienten a gusto con las invasiones estadounidenses, los golpes de estado y el narcotráfico consumista.
Pero el tiempo corre, entre más pase el tiempo más difícil será para el imperialismo tratar de revertir el dinamismo de China y su carrera por alcanzar la cima.
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