Incendios, protestas, bloqueos, todo esto se ha vivido en Minnesota y otras ciudades de Estados Unidos por el asesinato de George Floyd, una reacción que denota un sentimiento de odio social acumulado en una población que se ha visto afectada mayormente para los afrodescendientes, provocando un fuerte desprecio hacia las fuerzas de seguridad que ya suman una larga lista de asesinatos contra la población afroamericana.

Lo sucedido; Se mostro a un oficial de policía arrestando a George por un presunto “fraude en curso”, posteriormente fue reducido en la escena y se muestra al policía que presiona con su rodilla a Floyd quien pide con desesperación respirar, Floyd quien estaba en el suelo esposado, inmóvil y desarmado murió en el lugar a pesar de que la policía dijo que murió en el hospital. Esto no solo es un crimen, es tortura. El asesino presiono lo justo para que el hombre agonizara 6 minutos, esto es indecente, inmoral, malvado, inhumano, criminal, y básicamente degradante.

Esto nos muestra un poco de cuan brutal entrenan a las fuerzas de seguridad que además de mostrar un serio sesgo en el tratamiento según el color de las personas, múltiples estadísticas indican que en Estados Unidos existe más probabilidades de morir si no eres blanco, cuatro de cada diez muertos a manos de la policía son afrodescendientes desarmados, según The Washington Post.

Es acá donde entramos en la política, un País donde propios y extraños reconocen las violaciones de Derechos Humanos hacia su propia población, pero que reparte “moral en el mundo como excusa para sus objetivos en aquellos Países que no sucumben a sus demandas geopolíticas, como Cuba, Rusia, Venezuela, Irán, China o Nicaragua.