Dice Vladimir Putin de Rusia:

“Hoy, como en 1945, es importante mostrar voluntad política y discutir juntos el futuro. Nuestros colegas, los señores Xi Jinping, Macron, Trump, Johnson, apoyaron la iniciativa rusa presentada para celebrar una reunión de los líderes de los cinco Estados nucleares, miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Les agradecemos esto y esperamos que dicha reunión en persona pueda tener lugar lo antes posible”.

Rusia, China, Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, los cinco con armas nucleares y asiento permanente en el Consejo de Seguridad. Los cinco tienen algo que los ricos del mundo no tienen ni podrán jamás tener, aunque tengan todo el dinero: las armas.

Por lo tanto, si los cinco suscriben un acuerdo —el que, por otra parte, ya debe estar suscrito de antemano, puesto que Putin no hablaría de algo que no fuera a suceder—, esto podría constituir algo parecido a una Conferencia de Yalta en la que se va a reordenar el sistema-mundo, como diría Wallerstein en sus categorías.

Cada una de esas potencias va a querer imponer sus intereses en cada rincón del mundo, de eso se trata el acuerdo. Y esa es la parte que nos toca. Nuestro rol en la división internacional del trabajo está a punto de definirse de cara al futuro y hay dos opciones: o salvamos la soberanía de nuestros países siendo aliados (no colonias) o simplemente caemos en el servilismo vergonzoso.

No es “izquierda” o “derecha”, no se está discutiendo nada de eso. Se nos da a elegir entre patria o colonia, todos los países van a tener que elegir. En algunos va a ser patria y los intereses nacionales se van a defender; en otros va a ser colonia y los pueblos van a padecer hasta el descarte.