Declaraciones de gobernadores, confesiones de ex asesores y un sin número de ataques hacia Trump enmarcan la carrera presidencial en Estados Unidos. Pero que al final no importa.
En la «Realpolik» no importa quién gane las elecciones en Estados Unidos, llegué quien llegué contará con la bendición de los sectores económicos que lo respaldaron en campaña, en ese trampolín llamado la Casa Blanca, que sirve para extrapolar los objetivos de las élites.
Biden o Trump, es como elegir de que enfermedad morir, unos personajes que para nada llegarán a cambiar la muerte lenta que enfrenta Estados Unidos con una sociedad ansiosa y con muchos problemas tanto economicos como sociales.
El descenso de la super potencia es paulatino pero constante, y ni Trump ni Biden podrán cambiar esa realidad, lo que si podrán imponer es la guerra en beneficio propio, algo que Trump no lo ha hecho a cabalidad pero que Biden si lo haría. No por casualidad el presupuesto militar ronda los $700 mil millones de dólares (una cifra astronómica).
Mientras tanto Rusia y China observan con cautela las elecciones en Estados Unidos, pero saben que nada cambiará en la política de la Casa Blanca.
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